El origen del nombre de Pedrola se remonta al término romano Petraola, que significa `piedra pequeña´. Con la llegada de los musulmanes, se mejoró el sistema de regadío mediante acequias todavía en uso. En 1119, tras la conquista de Zaragoza, Alfonso I entregó la villa a su caballero don Lope Garcés Pelegrín. Desde entonces, pasó a ser lugar de señorío de varios linajes hasta que en el siglo XVI forme parte del ducado de Villahermosa.
En el siglo XIV, se levantó la iglesia renacentista de Nª Señora de los Ángeles sobre una antigua edificación románica del siglo XIII. Cuenta con numerosas obras de gran importancia artística, como el retablo mayor y la capilla del Sagrado Corazón, pintados por Francisco Bayeu, o un cuadro de Anton Van Dyck.
Por otro lado, destaca el palacio de los duques de Villahermosa, edificio del siglo XVI con carácter renacentista italiano. Fue levantado en el emplazamiento de la antigua fortificación de los Luna. Durante su construcción, los duques encargaron un acceso directo que conecta el edificio con la iglesia a modo de paso en alto.
También es digno de mención el antiguo hospital, que en las últimas décadas ha sido utilizado como escuela, biblioteca y residencia de ancianos.
En el palacio de los duques de Villahermosa en Pedrola transcurren algunos de los episodios más divertidos de la obra del Quijote, ya que sabemos que Cervantes se alojó en él. Esta casa nobiliaria es una de las más importantes de España, con otros palacios importantes, como el que alberga actualmente el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
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