Castillo musulmán

Los restos del antiguo castillo de Alcalá pueden verse a orillas del río Ebro

El topónimo de Alcalá proviene del término árabe “Al-Qalat”, que significa castillo o fortaleza. Los restos del antiguo castillo de Alcalá de Ebro son de origen musulmán y se pueden ver cerca de la orilla del río Ebro. Estos restos constructivos corresponden a una fortaleza que formaría parte desde sus orígenes del sistema defensivo de la ciudad de Zaragoza, además de controlar el tráfico de sal y cereales que se transportaba por el río.

Alcalá de Ebro fue conquistada a los musulmanes en el año 1090 por el rey Sancho Ramírez junto con su hijo Ramiro I. Tras la conquista de Zaragoza en 1118, el castillo pasó a formar parte de los primeros señoríos de la ribera del Ebro, primero a la casa de los Luna y después a los duques de Villahermosa. El castillo fue derribado por orden de Felipe V, a principios del siglo XVIII, a modo de castigo por la adhesión de Aragón a la causa de Carlos de Austria durante la guerra de Sucesión.

Actualmente, lo único que podemos apreciar del castillo es una pared de unos 20 metros de longitud, además de un contrafuerte adosado en la esquina norte. Se trata de una construcción a base de sillares de piedra caliza y mampostería notablemente degradados por la erosión. Como consecuencia de ésto, además del expolio masivo que ha sufrido durante años, la estructura se encuentra en riesgo de derrumbe.

Estos restos quedan adosados a la antigua casona que los duques utilizaban para sus monterías, pues la frondosa vegetación de la ribera era un lugar propicio para la caza.

Desde el año 2006 está catalogado como Bien de Interés Cultural.

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