Los montes del Castellar, un lugar de contrastes en la ribera del Ebro.
Los montes del Castellar, un lugar de contrastes en la ribera del Ebro.
Los montes del Castellar se localizan entre Alfocea y Remolinos, en la margen izquierda del río Ebro, vigilando desde lo alto el municipio de Torres de Berrellén. Han sido catalogados como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Además, está declarado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
El sistema rocoso que los comprende es un buen ejemplo de muelas. Es decir, de elevaciones del terreno en forma de mesetas que se van generando con la erosión del río. Se caracteriza por sus escarpes compuestos de yesos, calizas y rocas de alta salinidad, que poco a poco se van derrumbando por la fragilidad de estos materiales y la proximidad del Ebro, que ablanda estos componentes a su paso por la zona.
Es un entorno árido que contrasta con la vegetación de la ribera. Las especies que aquí habitan se han ido adaptando a las características climáticas y geográficas de este terreno seco y escarpado.
Crecen matorrales gipsícolas, muy comunes en los terrenos de yeso, matorrales halófilos, característicos en zonas de gran salinidad o matorrales de sabina. Entre ellos, tomillo, aliaga, hinojo, romero, ontinares sabinas o pino carrasco. Asimismo posee una fauna muy variada con distintos tipos de aves, mamíferos y reptiles. Entre las aves más destacadas encontramos lechuzas, cernícalos, estorninos, milanos, tórtolas, urracas y varias especies de águilas. Además, pequeños mamíferos como zorros, conejos, jabalíes, tejones o jinetas. Se pueden ver también diferentes reptiles, erizos o escorpiones.
Desde 1911, parte de este terreno forma parte del campo militar de San Gregorio. Por esta razón, su acceso queda restringido y solo durante los días 8 de mayo y el último domingo de septiembre está permitido su paso.
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Al borde del monte, vigilando la comarca, se encuentran los restos del castillo del Castellar, enclave fundamental durante la Reconquista de Zaragoza.
Por desgracia, la situación del castillo hace imposible su intervención y se ve abocado a desaparecer.
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Visible desde muchos puntos de la comarca, es un símbolo más de la Ribera Alta del Ebro.
Durante los dos días de acceso libre al Castellar, es el escenario de las romerías celebradas en honor a la Virgen del Castellar.
Historia, tradición, naturaleza y arquitectura se unen en este escenario, considerado una de las imágenes más icónicas de nuestra comarca.
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